“Memorias de Emilio (20 julio)
¡Qué culo que tiene Ian. Normalmente los machos me gustan
más con ropa informal que elegante pero con Ian es al contrario. Estos
pantalones de boda le quedan hechos a medida para ponerme cachondo. Se le
dibujan perfectamente las dos nalgas. Hago una lotería con el deseo de tener
una fortuna que ofrecer a este macho para que me chingue. Ian está en la
terraza, puedo pasar justo por su lado y tener su culo casi a tocar de mi mano y
sin gastarme un solo céntimo. ¡Todo un lujo¡ Me gusta mucho. Pantalones negros
de vestir, camiseta morada. Mientras estoy en la cola de la lotería esperando
lo veo atendiendo las mesas.”
Ian
está en su trabajo. Es por la tarde. Está acostumbrado a crear las delicias de
sus compañeras y a sus 21 años eso es algo que lo halaga pero no es más que una
máscara para no pensar en lo vacía y lo triste que es su vida porque no está
con la única persona que quisiera, su amigo Daniel. Ian está enfadado
por no animarse a decirle que le gusta y temer que sea Daniel quien dé el
primer paso y no sepa como reaccionar y por eso se ha alejado. Prefiere gozar del sexo. Le gusta sentirse
deseado. Está acostumbrado a sentir ojos desnudándolo. Al rato es Emilio quien
se deleita con el cuerpo del guapísimo camarero. Ian es guapísimo. Muy guapo,
GUAPO en mayúsculas. Emilio se derrite al verlo. Emilio pasa por allá porque
tiene que hacer unos recados. Ian está en la terraza, del otro lado, atendiendo
las mesas. Emilio da la vuelta para ir al otro lado, por el lado en el que está
Ian. Casi se rozan. Emilio se estremece, tiene su culo tan cerca…
--¡cómo
me gusta este macho¡ --piensa.Le gustaría ir pero, sin trabajo fijo con un trabajo eventual que cada vez es más escaso pues se da cuenta que no tiene sentido gastar mucho dinero, que además está disfrutando de él más que otras veces y gratis. Ian lleva una bandeja. Ni lo mira. Lleva la camiseta azul, jeans cortos de un color más oscuro que los otros. No se le ve culo aplastado pero tampoco marca culo. Igualmente a Emilio le encanta.
--Es tan fácil verlo –dice para sí.
Le gustaría que pudiera ser así siempre, que pudiera disfrutar de Ian y éste ni se diera cuenta. No lo quiere molestar, que se sienta acosado. Se hubiera quedado toda la tarde mirándolo pero tampoco quiere abusar y que el guapísimo camarero se acabe dando cuenta y se enoje. Hay mucha gente, lo admira de lejos. Ve como un señor habla con él. Luego, cuando vuelve a subir lo ve en la barra del fondo. Le gusta mucho verlo.
*Sebastián Rulli es el mexicano"
Meses
después…
Emilio
se ha adaptado a un nuevo trabajo. Aunque es una persona gris le está yendo
bien en un show de travestis. Baila junto a dos hombres más vestidos de mujer.
Entran en jeans, vestidos de calle. Se desnudan los tres juntos. Luego se
convierten en mujeres. A Emilio le encanta ver a sus compañeros en jeans. Les
encanta su culo, luego en calzoncillos. Hasta los ve desnudo y le cuesta mucho
controlarse. Se le nota caliente. Sus compañeros de burlan de él. Uno (el que
habla) está totalmente desnudo y el otro se maquilla a medio vestir. A Emilio
se le nota que su verga está creciendo.
--¿qué
tanto me miras el culo?
Los
dos se ríen y Emilio se muere de vergüenza.
--no,
si yo no…
Tartamudea.
--No
claro. No me estás mirando el culo, sino también la verga.
A
Emilio le incomoda las risas de sus compañeros pero le gustan demasiado los
hombres. El desnudo se va moviendo enloqueciendo aún más a Emilio. Le pone la mano
en los hombros y Emilio cree que se va a desmayar de tanto placer.
--¿tú
cuanto haces que no coges?
A
Emilio le cuesta hablar.
--si
te lo digo no te lo vas a creer.
El
otro está ya casi convertido en mujer. Así no le gusta tanto pero que está bueno,
lo está.
--así
estás de amargado.
El
primero, que es mexicano, se le ríe.
--anda,
vente con nosotros a la salida. Te haremos el favor. Te espabilaremos.
Se
miran con complicidad los dos compañeros. A Emilio le incomoda que se rían de
él pero a la vez le encanta la posibilidad de tener sexo.
--¿con
los dos?
Le
guiñan el ojo.
--te
la pasaras bien.
Emilio
está muy asustado y se le ríen.
--supongo
que no eres virgen ¿no? –el mexicano.
Emilio
está avergonzado por las risas.
--no
claro que no. Mi primera vez –miente—pero hace mucho.
Emilio
tiene claro que no se va a acostar con alguien que se está riendo de él. Habla
mientras se convierten en mujeres.
--Es
que si he esperado tanto no quiero hacerlo con cualquiera.
--¿y
nosotros somos cualquiera? Si nos comes con los ojos.
--ya
si tengo ganas pero me gustaría que la primera vez fuera con alguien especial --se le escapa.
--entonces
¿sí eres virgen?
Los
dos se van riendo mucho de Emilio y eso le duele al chico.
--bueno
tú mismo. Si eres virgen porque quieres es porque estás mal de la cabeza.
--No
es que quiera pero si los que a mi me gustan de verdad pues no quieren ¿qué
hago?
--pues
para no gustarte nosotros como nos miras –el mexicano.
--pero
es que estoy enamorado de un chico pero a él le gustan las mujeres.
El
otro se muestra fraternal con Emilio.
--te
puedes acostar con heteros sin que sepan que no eres mujer.
A
Emilio se le abren los ojos. Le vuelve loco la idea de poder acostarse con Ian.
--¿se
puede?
--A
mi me desvirgó un hetero que me volvía loco pero se creía que era una hembra –el
otro.
--Claro
no se puede hacer muchas veces pero el gusto te lo das --mexicano.
Emilio
va mirando a los dos. Como se están riendo no sabe si están hablando en serio o
no.
--pero
¿se puede?
--claro,
los heteros están siempre desesperados. Tú prueba suerte y verás --mexicano.
Emilio
tiene dudas.
--pero
¿y si se entera?
--pero
si no tienes casi ni verga ni huevos. Eres como una mujer. ¿¿qué se va a dar
cuenta? –el otro.
Los
dos se ríen mucho. Emilio se siente muy avergonzado por ese tema.
--tranquilo,
para el uso que le das –el mexicano.
A
Emilio le incomoda mucho las risas de sus compañeros pero le interesa el tema. Lo
acercan al espejo.
--pero
mírate. Pareces una mujer. Nadie se daría cuenta que tras este maquillaje hay
un hombre. Haz la prueba. Tampoco tienes que acostarte con un hombre la primera
vez. Sal a la calle vestido así, prueba. –el otro.
Van
saliendo al escenario para hacer el show.
--venga,
que te explicaremos unos cuantos trucos para conquistar un hetero. –el mexicano.
Aunque
es el mayor, tratan a Emilio como a un niño pequeño. A Emilio no le gusta
cuando se ríen de él pero nunca sintió el apoyo de nadie y eso le gusta.
*Diego Muñoz es el otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario