PABLO EL MACIZO

PABLO EL MACIZO

martes, 25 de marzo de 2014

Capitulo 4





 
Ian y su amigo están con una joven. Son los amigos de Ian con los que ha estado en la biblioteca.  La chica está feliz con los dos guapos. Ella se hace la que no quiere pero está muy contenta de estar con esos dos chicos guapos.
--¿¿qué van a pensar de mí si voy a casa con vosotros dos? –dice ella.
Ian pone cara de bueno.
--pero sí tenemos que hacer un trabajo de clase, nadie te puede decir nada --Ian.
--sí pero es que todo el mundo, como se han enterado que el año pasado lo hicimos, piensan que soy una golfa.
Los chicos la miran con cara de “esa es la gracia” pero dicen:
--No, para nada. Nosotros tampoco somos vírgenes. Nos da igual lo que hagas con los chicos. Lo que pasó entre nosotros pasó. Fue la primera vez para ambos pero eso ya está olvidado --Ian-- Ninguno de los dos piensa en sexo. ¿Verdad? Nosotros no pensamos en sexo. Es sólo por el trabajo ¿verdad?
Ian va hablando con el chico de al lado que dice que no con la cabeza pero los dos tienen la palabra sexo escrita en la cara.
--yo sólo he estado contigo. Casi soy virgen --María.
A los chicos se les escapa la risa.
--eso a nosotros nos da igual. Es sólo estudio --Ian.
--Mi madre dice que no me debo fiar de los hombres, que la tentación es muy mala –dice la chica que en realidad sí tiene ganas de sexo pero sabe que después la van a dejar plantada y no es eso lo que quiere.
Ian abraza por los hombros a su amigo. Pone cara de bueno:
--de nosotros sí te puedes fiar¡
--¡sí¡ --va diciendo el otro.
El otro es más tímido y se deja llevar por su amigo. Sabe que Ian resulta muy atractivo a las mujeres y que si está cerca de él no le faltará el sexo. Ian sonríe, esa sonrisa nunca le ha fallado:
--Si quieres no te fíes de nosotros pero ¡te puedes fiar de ti¡
Y la chica sabe que no puede. Siente una fuerte atracción y por los dos.
--No, no puedo –murmura.
--¿Cómo dices? –Ian.
--nada –dice la chica sofocada y dándose la vuelta.
Ian hace el que no ha oído nada pero lo ha oído todo. Él y su amigo chocan sus manos con complicidad.
--Es sólo un trabajo, no me puedes fallar. Entiendo que te diera miedo si estuvieras sola con uno de los dos pero con los dos ¿Qué va a pasar? –dice Ian.
Y Ian habla con un poco de ironía que la chica no sabe ver.
--No va a pasar nada. ¿No me puedes hacer este favor?
Ian habla de una manera muy dulce, su voz es muy masculina. Acompañado con su sonrisa, su mirada es imposible decirle que no.
--está bien, ¿a qué hora quedamos?
Los amigos se comportan como si nada pero tienen una sonrisa pícara que les cuesta disimular. Se miran con complicidad.
--En mi casa como a las cuatro –dice Ian.
La chica se va muy sofocada.  Ian mira a su amigo con cara de pervertido.
--¡qué polvazo vamos a echar a esa guarra¡ ¡A mi me queda sólo un condón, así que tenemos que comprar, lo podemos hacer a medias¡
--Y va a querer, ¿con los dos? Tú siempre gustas más.
--tú déjalo en mi mano –dice Ian-- Esa guarra va a joder con los dos…
Los amigos se despiden con un abrazo y un choque de manos.
--ahora no te vayas a pajear que te conozco y tenemos que estar en plena forma. Esa tipa tiene mucha experiencia y no podemos quedar en ridículo –dice Ian en broma.
--No te pajees tú –dice el otro dándole una patada en el culo pero de broma.
--No te pajees tú.
Ian sonríe con orgullo y dice:
--A mí no me hace falta.
Ian se va con una sonrisa de triunfador. Pisa fuerte por la vida. Es muy atractivo, sabe que es irresistible a las chicas y eso le gusta.
 
Ian y su amigo están ya en la casa del primero.
--Traje esto –dice mostrando unos cuantos preservativos.
--Dani tío, esconde esto que no es cuestión que se dé cuenta que lo del trabajo es una excusa para tirárnosla.
Ian aprovecha para agarrar unos cuantos condones y guárdaselos, así se ahorrará comprar. Daniel se muestra sumiso.
--quédatelos todos. Ya compraré más.
Ian le sonríe.  Daniel se muestra nervioso.
--¿y si no viene?
--María tiene más ganas de joder que nosotros dos juntos, no va a faltar.
Miran el reloj, el timbre suena puntual. Se sonríen cómplices. Ian pone cara de: te lo dije. Ian va a abrir. María se muestra nerviosa.
--pasa, tranquila. No comemos –Ian.
Ian le da un beso en la mejilla. Le habla para calmarla. Se quedan en el salón. Se centran en el trabajo pero Ian no deja de mirarla. Sabe que a ella le gusta, que quiere acostarse con él. Ian se quita la camisa.
--hace calor, ¿no te molesta verdad?
Y la chica se queda paralizada. Ian se muestra inocente pero lo tiene todo perfectamente estudiado. María está sofocada. Se levanta.
--mejor me voy…
Ian le acaricia de la mano y María se estremece. Ian se levanta y ella no puede moverse. Ian es demasiado guapo y más estando semidesnudo. Ian se muestra seductor:
--porque te vas si te mueres de ganas?
--No me hagas esto, me dijiste que no iba a pasar nada –suplica María temblando.
Pero la chica está ya entre los brazos de ese guapo chico y no puede escapar.
--te dije que no iba a pasar nada que tú no quisieras… --dice él seductor.
Ian la besa y la tira en el sofá (que es un sofá cama y Daniel ha abierto), la va desnudando él a medio vestir, le va chupando el sexo y ella vibra. Daniel saca la verga, se la acerca a María que lo rechaza. Ian sonríe:
--chúpasela, no seas así…
--pero es que ¿Qué va a decir la gente de mi? –dice ella excitada porque los dos son guapísimos.
--¿y no te importa más lo que yo piense de ti? --Ian.
Y esa sonrisa es la perdición de María. Empieza a chupar la verga de Daniel mientras Ian le chupa el sexo a ella. Ian sonríe satisfecho, le gusta que su atractivo domine a las mujeres, que pueda hacer lo que quiera con ellas. Ian se levanta, se coloca al lado de Daniel. Los amigos chocan sus manos mientras María disfruta mucho con la verga de ambos.  Los dos se desnudan, Ian le entrega el preservativo a Daniel mientras se va cubriendo.
--No, con los dos no… --dice María sofocada.
--¿no quieres hacerlo conmigo? –Ian coqueto mientras cubre su verga.
--si pero con los dos es demasiado…
--te la vas a pasar bien y yo no le puedo hacer esto a mi amigo.
María quiere acostarse con Ian y Daniel pero le parece demasiado.
--No me puedes pedir esto.
--¿me vas a dejar así? –se queja Ian mostrando su gorda verga.
--No, contigo lo hago pero no con tu amigo.
-- entonces me voy…
Ian se va a vestir y él no quiere que se vaya. Lo desea demasiado.
--Pero que nadie se entere,
--si claro eso, queda entre nosotros –Ian con una sonrisa traviesa.

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